jueves, 30 de junio de 2011

Siempre me voy a levantar.

Sí, puede que no sea la persona más fuerte, ni la más valiente o la más decidida. Puede que me equivoque muchas veces, demasiadas quizás… Puede que me de cuenta de lo que quiero cuando ya no lo tengo, que mi lista de caprichos sea larguísima, que mis paranoias aumenten día sí y día también; que los malos momentos sean muchos, aunque los buenos los superen. Puede que complique lo fácil, que facilite lo difícil, y también puede que tropiece cien mil veces con la misma piedra, pero ten por seguro que siempre me voy a levantar. Siempre.






Hoy me siento bien, loca. Loca por tí. Me siento alegre, hoy tengo ganas de vivir, ganas de enseñarle a todo el mundo lo feliz que soy. Tengo ganas de verte, ganas de besarte, abrazarte, de quererte. Te echo de menos, lo admito. Te echo mucho de menos, ¿vale? Tú ganas.

miércoles, 29 de junio de 2011

Ahá...

Adoro los bolis bic y los chicles de fresa,me cago en quien inventó las matemáticas y en la madre que parió a la peluquera que me cortó "las puntas". Vivo más de noche que de día, sueño más despierta que dormida. Hago problemas y los dejo sin solución, no me importan lo que dirán, me importan ellas, lo de verdad. No aguanto las mentiras ni las personas que apestan a falsedad, odio la telebasura y a los profesores en general, amo los zapatos de tacón y me encanta el Vozdka. Los domingos suelo jurar que cambiaré de vida, pero mientras tanto, ya ves...

domingo, 26 de junio de 2011

Perdóname, ángel...

Hoy tus ojos no tienen color y la única foto tuya se me rompió, pero en el recuerdo que aún me queda de ti se vuelven marrones.
Empiezo a pensar que era verdad lo que dijiste un segundo antes de marchar y aunque en realidad yo no lo he pasado bien te sigo esperando; y yo, hoy camino por el agua que un día convertiste en vino enseñándome el camino.
Perdóname ángel por lo que te he echo, sabes mejor que nadie lo mucho que te quiero.
Mi teléfono no suena, supongo que eres tú... dándome las de arena, tapándome la luz.
Hoy la Luna no me hace dormir, solamente hace que el Sol me tarde en salir, y con los primeros rayos empezarán otro día duro sin ti.
Perdóname ángel por lo que te he echo, sabes mejor que nadie lo mucho que te quiero.
Mi teléfono no suena, supongo que eres tú, dándome las de arena, tapándome la luz, la luz que me arropaba, por eso mis palabras salen ensangrentadas.
Mira que advertiste, sí, que tu amor no era ciego, no.
Y hoy te doy dos sorbos, y ahora a empezar de cero.